Los humanos tenemos costumbre particulares.
Una de ellas, es la que mas me llama la atención: la de privarnos mediante la cruel tiranía del almanaque. La Sidra es victima, junto al Vithel Tonet, al pan dulce, de ser catalogada y encasillada como un "producto de navidad" y que mal que hacemos. El Argentino tiene una cerveza fría en casa, vino en la cava, pero x que no tener siempre una o dos latas de Sidra 1888 en la heladera. Viene un amigo, tenes un mal día, tenes un buen día o tu amigo al final no viene, compras una ensalada de frutas en la verduleria, hielo y una lata de 1888 o dos, y en una jarra armaste un Clerico, un trago sumamente infravalorado, el cual debería estar en la carta de todos los establecimientos gastronómicos mundiales. Viva la Sidra, viva la 1888 y basta de que el tirano almanaque nos diga cuando tomar lo que nos gusta.